domingo, septiembre 17, 2006

Viaje al Corazón.

Pusimos rumbo a los Pirineos, y nos sumergimos en la niebla, no solo la física que volvía invisible el paisaje, sino la del tiempo. Daba la sensación que en cualquier momento aparecerían Roldan o los gigantes o que apareceríamos nosotros mismos en su tiempo…
Siguiendo una pista sobre una montaña mágica, relacionada con brujas, círculos mágicos y fuerzas telúricas llegamos al pueblo y aparcamos. Nos dijeron que se esperaban fuertes tormentas, pero de momento la niebla y la lluvia omnipresentes ocupaban todo el espacio, fuimos caminando la ruta de las ermitas, hasta llegar a la primera.

La sensación de pesadez y presión en la cabeza nos sorprendió. Si se puede decir, era como si el lugar estuviera enfadado y triste, como si la gente solo pidiera y no diera nada a cambio. Intentamos activarlo, y solo conseguíamos que el ambiente se cargara aún más.

Al final comenzamos un dialogo con el lugar, casi de tu a tu, como cuando preguntas a un amigo que le pasa, y el nos dijo su pena, casi su rabia, y después cuando se desahogo, nos dio su amor y sentimos la misma ermita, pero como un espacio nuevo, o quizás éramos nosotros los nuevos, y la niebla se abrió mostrando la montaña que siempre estuvo así, inmutable, seguramente seria eso.


¿Te atreverías…?

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